Cuando abres una puerta y cierras otra...

30 de abril de 2014
Hoy es de esos días que en vez de escribir una reseña te apetece hacer balance de los últimos meses vividos. Esos meses de desenfreno, de éxtasis y de mil horas trabajando. De los que te pasas más horas fuera de casa que dentro. 

Me paro a pensar y solo puedo describir esos días como los más independientes de mi vida. En los que no te hace falta nada más que tu pasión por hacer un buen trabajo y aprender cada día un poco más. No hay necesidad de necesitar a nadie más. Viva el utilizar dos veces la misma palabra, así soy yo. No tener ese sentimiento de nostalgia por no tener a esa persona en tu vida o a otras que ya hace tiempo salieron silenciosamente por la puerta de atrás. Esas a las que la etiqueta de cobardes les queda pequeña, que no tienen valores de moralidad y sentido común, de apego y de amistad. Esas a las que un día llamaste amigos y hoy se han quedado en alguien que conocí y saludé. 

Hoy te propongo sentirte feliz contigo mismo, hacer balance y ver que cada día te superas más, que cada día das un paso más hacía la cima u objetivo, llámalo como quieras. Siéntete a gusto contigo mismo, con lo que haces o dejas de hacer. Tú y solo tú eres el que tiene que elegir que hacer en cada momento, que decir y que sentir. Eres tú el que lleva tu destino, el camino es lo de menos, lo de más es lo aprendido. 

Y no te extrañe ver que después de volver la vista atrás durante un momento te encuentres con una persona diferente a la que eras en esos días. Has madurado, has sabido decir no cuando era no y sí cuando de verdad lo deseabas. Eso se llama aprovechar la vida, saber manejarte. Hacerte mayor. 

Las puertas están para abrirlas y cerrarlas, las oportunidades son como llaves que hay que aprovechar que están en nuestro poder para colarnos dentro de una habitación. Puede ser grande y acogedora o se puede parecer a un armario de la limpieza. Pero que ni una cosa ni otra te tire para adelante o te frene. Al principio puede parecer todo de color de rosa y luego volverse oscuro o viceversa. Tú estás dentro y puedes cambiarlo. Cada día, a cada hora, a cada minuto, puedes amoldarlo a tu gusto. Decorarlo con la ambientación que deseas, con el color que te da esperanza, con la fragancia que te embriaga. Hazlo. 

Mi balance es que he madurado, he entrado en una etapa de mi vida en la que me siento a gusto. INDEPENDIENTE. En la que no tengo porque dar explicaciones si no quiero. En la que hago las cosas a mi manera. 

Hazlo. Da un paso al frente y disfruta. 



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